martes, 10 de agosto de 2010

Mentiras e ineficiencia




Mentiras e ineficiencia
· El cascajo sigue ahí... el montículo crece
· Necesario el mantenimiento integral

Bartolo Mayor

El 17 de junio de 2010, Juan Jesús Martínez Zavala, adscrito al área de Mejoramiento Urbano de la delegación Coyoacan, junto con el presidente de la asociación civil Bartola Axayacatl, realizaron un recorrido sobre el borde del Canal Nacional que pertenece a dicha demarcación. Ahí, el funcionario se comprometió a embellecer el área, previa canalización de la petición ciudadana, a las áreas correspondientes.

El mismo día diferente hora, por instrucción de Francisco López, Aurelio Suárez Hernández, adscrito al área de Parques y Jardines de esa delegación, se comprometió al mantenimiento de las áreas verdes (Eje 3 Oriente - Avenida Santa Ana o Puente del Toro)

El domingo 8 de agosto, todo sigue igual.

Es preciso mencionar que el 29 de julio reciente diversas áreas de esa delegación estuvieron en el Barrio San Francisco (Eje 3 Oriente y Canal Nacional) atendiendo diversas necesidades de la comunidad. En cuestión de horas el tramo donde se colocaron las carpas lo dejaron limpio; pero enfrente, a unos 60 metros, donde se ubica el montículo, no pasó nada.

Ese día de la visita, este reportero platicó con Miguel Campos, subdirector del área de Mantenimiento y Construcción en Coyoacan, área que retiraría el cascajo y embellecería la zona: “máximo en dos días quitamos el cascajo, o tal vez hoy mismo. Si no lo hacen llama por teléfono...”

miércoles, 4 de agosto de 2010

Hacia un espacio urbano más seguro



El Canal Nacional como espacio público
Por Bartolo mayor (www.canalnacional.blogspot.com)

Bartola Axayacatl, AC, y vecinos (algunos desde el anonimato) de la colonia Valle del Sur y colonias aledañas como Escuadrón 201, Granjas Esmeralda, Progreso del Sur, dan mantenimiento al Canal Nacional de La Viga a la calle Árbol del Fuego. Lo mismo hacen otras agrupaciones y vecinos de los diferentes Barrios de Culhuacan, en sus respectivos tramos. A lo largo de este corredor ecológico, en ambas delegaciones (Ixtapalapa y Coyoacan), más vecinos y organizaciones hacen lo propio desde hace varios años; de lo que se trata es de mantener limpio y en buenas condiciones este histórico cuerpo de agua, mismo que funciona para mitigar el ruido y capturar el dióxido de carbono; capta el agua de lluvia y es adecuado para reforestar. La gente acude a él a ejercitarse, a pasear con la familia, a alimentar a los patos (los que quedan) y peces, o simplemente caminar. Y vecinos con sus perros a defecar.
En algunos tramos la gente se organizó y logró apoyo gubernamental (dinero del pueblo y para el pueblo), pero en otros tramos los vecinos no podemos solos porque no tenemos la infraestructura, ni el capital humano ni económico para ello; es el gobierno (GDF, Ixtapalapa, Coyoacan, y territoriales) las instancias que deben estar al pendiente de este espacio ecológico. Quienes nos dedicamos al mantenimiento no cobramos, entonces creemos justo que nos doten de la herramienta necesaria para continuar con el trabajo, en el estricto sentido le corresponde a las autoridades hacerlo. Pero hemos llegado a un momento en que la ciudadanía debe comprometerse con su entorno, también debemos exigir la rendición de cuentas, y finalmente, trabajar de manera conjunta. Aculco lo está haciendo, pero falta mucho.


Ciudadanos en red
8 de junio de 2010
Hacia un espacio urbano más seguro (Texto original)
Fotografías: Bartolo mayor
En las ciudades existen espacios urbanos con características ambientales que no promueven el tránsito y permanencia de las personas, dificultándose la vigilancia natural, lo que “atrae” a potenciales infractores de la ley e incrementa tanto las probabilidades de que ocurran delitos, como la percepción de inseguridad de la comunidad.

Sin embargo, si el espacio urbano y sus características ambientales son planificados, diseñados y manejados apropiadamente, ciertos tipos de delitos y el temor ante el delito, pueden reducirse. El diseño del espacio urbano facilita el ejercicio de dicha vigilancia natural dependiendo de, por ejemplo, la amplitud y profundidad de los campos visuales que genera y de cuán atractivo es el espacio.

En cambio, un espacio urbano descuidado, con características ambientales favorables para la actividad delictiva, aleja a los vecinos, lo que genera se pierdan “vigilantes naturales”. Así, los escasos peatones que circulan por estos espacios se vuelven blancos o víctimas vulnerables y accesibles. El accionar delictivo incrementa el temor y el espacio es “abandonado” definitivamente.

Pero el correcto diseño del espacio urbano y la participación comunitaria propician la prevención del delito e incrementan la sensación de seguridad de la población. Al respecto, se pueden reconocer diversos tipos de modelos de prevención que van desde el más usual de tipo policial, pasando por el social hasta llegar al situacional.

La prevención situacional del delito mediante el diseño de espacios urbanos seguros, tiene como objetivo disminuir la probabilidad de ocurrencia de los denominados “delitos de oportunidad”, e incrementar la sensación de seguridad mediante la modificación del diseño y variables ambientales.

Según Ronald Clark, en términos criminológicos, “la prevención situacional representa un salto hacia: 1) Un énfasis sobre las alteraciones físicas del medio ambiente; 2) Relevar el proceso de control social informal; 3) Ubicar como foco principal la situación delictiva antes que al agresor.” (Boletín No. 3. Centro de Estudios en Seguridad Ciudadana. Nov. 2005. Pag. 8)

Esta prevención delictiva es conocida internacionalmente bajo la sigla “CPTED”, que en inglés significa Crime Prevention Through Enviromental Design (Prevención de la Delincuencia Mediante el Diseño del Medio Ambiente)

El modelo CPTED persigue disminuir los llamados “delitos de oportunidad”, es decir, aquellos cometidos debido a la existencia de variables de contexto que facilitan su comisión, haciendo más bajo el esfuerzo y el riesgo de sanción en que incurren los infractores o incrementando la recompensa que obtienen al cometer el hecho. Al reducir este tipo de actos delictivos con mejoras en el diseño urbano, crece la sensación de seguridad lo que ayuda a utilizar el espacio público con el consecuente aumento de la vigilancia natural.

CPTED opera bajo el principio de que si se disminuye la oportunidad delictiva, en consecuencia disminuye la ocurrencia de delitos y se incrementa la calidad de vida de la población que comienza a utilizar el espacio público.

La metodología CPTED es parte de la prevención situacional y consiste, en términos muy generales, en un procedimiento que comprende un análisis urbano de la zona a modificar, las tendencias criminales, los usuarios de los espacios públicos cercanos, las evoluciones esperables en el barrio o colonia que se trate, etcétera. La metodología CPTED está basada, fundamentalmente, en el aumento de la vigilancia natural y en el trabajo participativo.

En general, las estrategias a plantearse son: promover la vigilancia natural, fomentar el control de accesos de forma natural, estimular la colaboración y la confianza entre los vecinos, reforzar la identidad con el espacio público, diseñar y planificar barrios a una menor escala, fomentar la responsabilidad y participación de la comunidad en pro de la seguridad, y administrar adecuadamente los espacios públicos.

La CPTED ha sido implantada en países como Australia, Canadá, Estados Unidos, Países Bajos, Reino Unido y Sudáfrica, pero no es la única metodología que permite mejorar la seguridad modificando adecuadamente el ambiente urbano y arquitectónico.

La metodología CPTED no ha estado exenta de polémica; para algunos porque la delincuencia, o los espacios inseguros son producidos por una falta de igualdad social y de oportunidades.

No obstante, es claro que la falta de igualdad social y de oportunidades, es posible o se profundiza cuando la población carece de espacios urbanos seguros que funcionen como motores de contacto entre los pobladores, incrementen la cohesión social y dan la oportunidad de fomentar la igualdad y el ejercicio de derechos ciudadanos.*
Nota. El rescate del Canal Nacional costó 173 millones de pesos (junio-noviembre de 2006) El 7 de mayo de 2008 se firmó un convenio de colaboración para el mantenimiento. La limpieza más reciente (marzo- junio 2010) costó $1’965,751.09 incluye IVA. La ciudadanía no cobra.